Los mini mundos son una propuesta de juego libre que atrapa la atención de los niños al instante.
Se trata de ofrecerles objetos y materiales diversos, estructurados o no, para que los niños creen un pequeño mundo a su antojo. No se trata de que construyan un “mundo bonito”, sino de que sea un medio para expresarse y dejar volar su imaginación.
Con sus representaciones los niños pueden recrear situaciones de su vida cotidiana, expresar sus gustos, preocupaciones y fantasías.
Pero diseñar y construir el mini mundo es la primera parte del juego: Dentro de la escena creada los peques pueden incluir pequeñas figuras de persona o animales, para luego dirigirlos y crear sus propias historias.
¿Te haces una idea ya de todas las posibilidades que ofrece?
Ahora vamos por partes.
¿Qué se necesita para crear un mini mundo?
Antes que nada tendrás que elegir el “escenario”, el recipiente donde tu peque creará su minimundo. Lo ideal es que sea una caja o bandeja, no de mucha profundidad pero que tenga paredes. Así será más fácil delimitar el minimundo, tu niño podrá crear con mayor comodidad y tu dedicarás menos tiempo a limpiar todo lo que cae al suelo 😉
También te recomiendo que sea de un material resistente la humedad, ya que el agua y la tierra casi siempre estarán presentes.
En internet puedes encontrar una variedad de recipientes adecuados para la creación de minimundos, por ejemplo:
• Un cajón plástico grande para almacenar ropa que pueden encontrar en grandes almacenes.
• «Tuff trays», resistentes y de diferentes tamaños, con o sin patas.
• Mesas de juego para arena y agua, con la ventaja de que se puede utilizar también como mesa y mucho más.
• Cajas especialmente diseñadas para un juego sensorial, con compartimientos extraíbles para ordenar los materiales.
¿Qué objetos utilizo?
¡Pues realmente cualquier cosa vale!
Si te das un paseo por un bosque, la playa o un parque, encontrarás muchísimos elementos naturales que seguro te inspiran: Piedras, conchas, palitos, tierra, piñas, musgo, hojas… ¡Gracias naturaleza por darnos tantos recursos!
Y seguro que en casa encuentras muchos objetos interesantes los que que tu peque podrá crear minimundos de lo más originales.
¿Te imaginas todo lo que puede hacer con corchos, monedas o tuercas? Rebusca también en tu cocina: El arroz o los garbanzos por ejemplo, dan muchísimo juego. Y si los tiñes de colores… ¡Mucho mejor!
Todos estos elementos son objetos no estructurados, digamos que son propuestas que los niños pueden convertir en lo que ellos quieran.
Por ejemplo, una hoja puede ser el techo de una casa o un barquito en el mar. El arroz puede convertirse en la arena de una playa o en un camino que lleve a…. quién sabe donde 🙂
Además, es interesante también ofrecerles objetos o “personajes” para que desarrollen historias y creen minimundos especializados.
Las figuras de animales siempre son un acierto, igual que pequeños muñecos ( según tus preferencias y gustos de tu peque pueden ser muñecos de madera sin rasgos al puro estilo Waldorf o Montessori, o figuras como Playmobils).
Pero realmente no hay límites. Crear un minimundo puede ser un proceso tan complejo como cada niño quiera, por lo que los materiales que se utilicen pueden ser de lo más variados. Recuerda que lo importante es permitirles crear a su antojo, respetando sus gustos e inquietudes personales.
La plastilina es otro elemento genial para diseñar minimundos, que los niños pueden convertir en lo que ellos quieran. Los bloques de construcción de madera o tipo Lego son otros juguetes que solemos tener por casa y también dan mucho juego en los minimundos.
¡Y no te olvides del agua! Los niños siempre encuentras una buena razón para necesitarla 😉
La importancia de “la presentación”
Aunque conseguir un resultado bonito no es el objetivo de este tipo de propuestas, SI que es importante que haya cierta armonía visual al presentar los objetos para la creación del minimundo.
Los niños se sienten mucho más atraídos ante propuestas presentadas de forma “bonita y con orden”.
Es importante que los materiales estén organizados, así tu peque tendrá mucha más curiosidad por investigarlos… y desordenarlos 🙂
Piensa en cuándo vas a un restaurante y te sirven un plato de comida: ¿A que es bonito poder apreciar los diferentes ingredientes, sus texturas y colores? ¡Aunque después te guste mezclarlo todo para llevártelo a la boca!
Pues con las propuestas de juego pasa igual, los juguetes amontonados en un cajón resultan caóticos y no llaman la atención, pero si escoges unos cuántos, y los presentas de forma ordenada seguro que tu peque querrá jugar con alguno de ellos.
Para organizar los materiales puedes utilizar alguna caja con compartimientos, cómo al que te enseño diseñada por Inspire my Play que además trae la bandeja de juego. Pero puedes también utilizar otras opciones mucho más baratas como pueden ser cajas de te por ejemplo.
Mini mundos temáticos: Algunos ejemplo inspiradores
La creación de un minimundo puede ser totalmente libre, pero también es interesante aprovechar este tipo de juego para que los peques aprendan de forma interactiva sobre temáticas por las que sientan especial interés, o que estén trabajando en el cole.
Minimundo de Dinosaurios
Pocos niños no sienten curiosidad por esta temática. ¿Cómo era la tierra en la época jurásica? ¿Que vegetación había? ¿Por qué se extinguieron los dinosaurios?
Dinosaurios carnívoros y hervivoros, Huevos, volcanes y lava… Diseñar y construir un minimundo jurásico es sin duda una idea muy acertada.
Minimundo marino
El mar y sus asombrosos habitantes son otro tema que a todo niño gusta. Delfines y tiburones, pulpos, tortugas, algas… ¡y mucho agua!
Ideal para introducir aprendizajes sobre los animales marinos. ¿Y si le sumamos un barquito con un navegante? Con esta propuesta los niños pueden crear muchísimas historias.
¿Cuales son los beneficios de jugar con mini mundos en la etapa de infantil?
Jugar con mini mundos es un tipo de propuesta que engloba muchos juegos distintos ( construcción, simbólico, científico…), por lo que los aprendizajes que los niños obtienen a través de esta actividad son muy ricos y variados. Entre ellos:
- Son ideales para desarrollar la creatividad y la imaginación: Te sorprenderá todo lo tu peque es capaz de hacer con piezas simples como una piedra, o una ramita.
- Trabajan la motricidad fina, tanto las más pequeños como los más mayorcitos, al manipular y construir con piezas de diferentes tamaños y complejidad.
- Estimulan las habilidades sociales y comunicativas. Desde emitir sonidos de animales, hasta situaciones sociales mucho más complejas donde entran en juego las personalidades de cada personaje de su minimundo.
- Ayuda a trabajar intereses concretos, sacando el máximo partido a un periodo sensible. Por ejemplo se puede proponer la creación de un “minimundo espacial” para apoyar el aprendizaje sobre el sistema solar, etc.
- Fomenta la independencia y el juego libre, al crear un minimundo los niños encuentran su propia manera de llevar a cabo sus creaciones, seleccionando los materiales que creen necesarios ellos mismos.
- Trabajan su inteligencia emocional al recrear situaciones de su vida real y expresando sus gustos y necesidades a través de sus representaciones, fortaleciendo su personalidad.
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