Como madre se muy bien lo que se siente al atravesar una rabieta de un niño de 2 años.¿Quién no ha vivido una rabieta de su hijo en el parque delante de la mirada atenta de los demás papas y mamas? O en el supermercado? O en casa de un familiar que hace mucho que no ves y que juzga todo lo que haces con tu hijo? ¡TIERRA TRÁGAME!. Te doy la bienvenida a los terribles dos años, la temida aDOSlescencia 😉
Quiero ayudarte a sobrellevar esta etapa con calma y amor. Los dos años de tu peque es una etapa de su desarrollo apasionante, y se merece ser recordada como un periodo en que como familia, la habéis transitado de la mejor manera posible. No hay una fórmula mágica para hacer desaparecer esta difícil etapa, pero comparto contigo algunas pautas para poder atender a tu hijo de la forma más respetuosa, con calma, tranquilidad y amor.
Recuerda, lo estás haciendo genial, nadie nace aprendido y por eso estas en este post, porque quieres intentar gestionar de la mejor manera posible los berrinches de tu peque siendo lo más respetuoso posible con él.
¿Qué encontrarás en esta guía?
¿Por qué suceden las rabietas en niños de 2 años?
Habéis superado juntos un montón de vivencias en estos dos años, diferentes etapas evolutivas y cuando parece que se ve la luz al final del túnel… llegan las rabietas. Alrededor de los 24 meses, los niños viven grandes cambios a nivel intelectual, siguen creciendo y desarrollándose en todos los aspectos, sumando aprendizajes socialmente y afectivamente intentando encajar en el mundo que les rodea. La gestión de emociones no es fácil -no lo son para nosotros y somos adultos- y ellos no saben gestionar la rabia, el enfado y la frustración y lo expresan tal cual lo sienten.
Las rabietas aparecen por un sinfín de razones como por ejemplo:
- Un cambio de rutina o un cambio importante en casa
- La llegada de un hermanito/a o el empezar en la Escuelita
- Porque papá ha dicho que nos vamos del parque porque toca ir a cenar
- Porque quería seguir jugando en vez de ir a la bañera
Y un largo etcétera que hace que por lo menos esperado, estalle la patata caliente y lo que teníamos por un hijo se convierta en un pequeño Kremlin fuera de control. Y a todo esto, después del largo día, toca gestionar la rabieta.
Claves para superar los berrinches de tu hijo de 2 años de forma efectiva
Como sabemos que la gestión de emociones no son fáciles, y ellos te lo harán saber tal cual, vamos a intentar gestionar las rabietas sin perder los nervios. Sí siempre actuamos de la misma manera, le ofrecemos al niño seguridad.
♥ Cuando él pierda el control de la situación, lo más importante es que tú mantengas la calma.
♥ Que lo acompañes, respetes sus tiempos y entiendas la situación. Está expresándose por algo que él no considera justo.
♥ Necesita ser comprendido, que lo atiendan y que le muestren amor. Abrázalo, mímalo, protégelo y dale muchos besos para intentar calmarlo.
♥ Nunca lo regañes por esa conducta. Cuando el llanto desaparezca y esté calmado, habla con él, hazle llegar que lo entiendes, que lo quieres y que buscareis una solución a lo sucedido.
♥ Pon palabras a lo que le pasa, ya que él no puede porque no comprende que le sucede.
Recursos para prevenir las rabietas
Cada niño es diferente, cada momento es distinto y cada situación es excepcional. No siempre va a funcionar lo mismo, ya que a parte de la rabieta pueden interferir más elementos como que ese día tu paciencia mengue, que aparezcan más personas para intentar ayudar en el momento (por ejemplo un abuelo o abuela que quiera consolar y consiga el efecto contrario) o simplemente que ese día, a esa hora y en ese momento, el niño este especialmente cansado. Pero te propongo algunos recursos para intentar prevenir la rabieta:
♥ Anticipa lo que va a suceder para intentar evitar el berrinche, ofreciéndole una alternativa que también le sea apetecible. Por ejemplo: dentro de un ratito, vamos a dejar de jugar porque tenemos que ir a la bañera, pero allí, podrás seguir jugando.
♥ Puedes utilizar recursos como cuentos para poder gestionar las emociones en este caso de enfado, rabia y frustración. Libros como por ejemplo, el monstruo de colores, tengo un volcán o que necesito cuando me enfado. (el momento de leer el cuento no es en el momento de la rabieta, sino antes de dormir, por la tarde… y siempre hacer referencia en el cuento a lo que a él o a ella le pasa).
♥ Intenta mantener una rutina estable para darle seguridad y que no hayan sorpresas que puedan desencadenar en rabietas. Por ejemplo siempre intentar seguir un orden de hábitos: salir del cole, ir al parque, llegar a casa, ducha, cena y a dormir.
♥ Hacerlo participe de todo con juegos que a él/ella le gusten y hagan que se sienta importante. Por ejemplo: se que no quieres dejar de jugar a los trenes con mamá, pero mamá tiene que preparar la cena.¿Jugamos a ser chefs y me ayudas?
♥ Incluye en juego en todo momento porque así será un incentivo para que no se enfade por dejar de hacer alguna cosa.
Conclusión
Qué difícil es a veces la maternidad y la paternidad pero, ¿quién dijo que fuera fácil? Todos los niños pasan por esta etapa, y es lo más normal del mundo que a veces la situación te supere y pienses que lo haces mal. ¡ánimos! Tú puedes y lo estás haciendo muy bien, recuerda que es solo una etapa más que pasará. Vas por el buen camino, el camino de la paciencia y el respeto mutuo. Porque todo eso es lo que le transmites al pequeño con una buena gestión de la rabieta. Juntos superaréis esta etapa, ¿y qué mejor manera de hacerlo que con amor y cariño?
“Detrás de cada niño que cree en si mismo, hay un padre o una madre que creyó en él primero” M Jacobson.
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